viernes, 27 de junio de 2014

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Al final, no puedo evitar sentir que soy una persona completamente mediocre, paupérrima en casi todos los sentidos. Debo tolerar y convivir con la frustración y el estrés todo el tiempo, aunque éstas tengan diversas fuentes, y es por ello que debo tratar de distraerme casi el 90% del tiempo que paso despierto.

Pese a que estudie y sea un sabelotodo, no soy inteligente ni puedo aplicar. No tengo fortuna ni salud. No tengo dinero. No tengo tiempo. No he podido siquiera lograr, pese a cualquier esfuerzo, que alguno de mis sueños o de mis metas siquiera pareciera concretarse. ¡Ni siquiera puedo tener una proyección a futuro porque todo siempre sale mal!

Incluso muchas veces me siento sin amor. Es cierto que con mi novia llevamos juntos un tiempo considerablemente grande, pero lo siento muchas veces inexistente debido a que nos vemos una vez por semana. En esas 24-30 hrs que estamos juntos, tratamos de expresarnos todo lo posible, e incluso hacer lo que no queremos hacer (ni nos interesa hacer) para demostrar el amor por el otro… pero, una vez iniciada la rutinaria semana, lo único que tenemos son comunes y rutinariamente monótonos mensajitos que, pese a los besos y “te amo”, no dicen ni expresan nada. Es como si lleváramos una relación de mentirita hasta que volvemos a estar juntos.

Ni tiempo para las llamadas tenemos… aunque, claro, no sirven de mucho pues no dicen nada que los mensajitos no hayan dicho.

Lo peor de todo es que, pese a que nos expresemos todo en esas 24 hrs, siento que en realidad no se expresa nada, que no congeniamos ni nos comunicamos en verdad. Pese a todo, no caminamos en la misma dirección. Y, en gran parte, siento que es mi culpa, por ser el fracaso de persona que soy. Al ser ella una persona tan simple y humilde, llegando a ser desinteresada en varias cosas, me siento terrible al tener apetitos que (en comparación) me hacen sentir que están al límite de la ética, como si yo fuera una persona blasfema y pervertida  en comparación a una persona tan dulce, delicada y relajada.

Y, lo peor, es que todo lo que puedo expresarle y hacerle sentir, es lo que cualquier otro puede ofrecerle. He fracasado rotundamente en el intento de otorgar, crear, generar algo único… que, al menos, yo sienta que realmente es único y digno de recordar o mencionar, que nada ni nadie puede repetir o emular.

No dejo de sentirme solo, incomprendido, alejado incluso de la realidad. No dejo de frustrarme al darme cuenta que no puedo siquiera mirar al mañana con algo de esperanza, pues no tengo ninguna. No puedo dejar de abrumarme al ver que todo lo que hago es un fracaso, que todos mis esfuerzos siempre serán en vano, que todas mis expectativas son una mentira.

Al final, vivo con tantos miedos por culpa de los fracasos… Vivo con tanto miedo a la soledad pese a que me siento solo cada día. La vida me ha maltratado y quitado cada opción de comunicarme, expresarme, de confianza y victoria, y es por ello que me siento más pobre cada vez que me analizo.
Ni siquiera soy capaz de darme cuenta cuando alguien en verdad me necesita, o si siquiera tiene algo de afecto por mí. Con cada año, me siento mucho más abandonado, incluso de mí mismo, y es por ello que a veces ni siquiera puedo creer que tengo una vida.

Prefiero decir que tengo una “no vida”, aunque a veces siento que es mejor ni siquiera pensar en lo absoluto. Siento que estoy gastando demasiado esfuerzo físico y moral en seguir respirando.