sábado, 11 de septiembre de 2010

Home, Sweet Home...

Estos últimos días he estado escuchando música de Final Fantasy como quizás sólo hace años hacía. La magia que estos temas contienen me transporta a esas utópicas tierras, a ese lugar que llamo mi hogar.

Pero ahora es algo distinto. Veo a mis amigos insistentemente en ese lugar junto a mí y mi amada. Pese a que no quería pensar en que ellos me acompañarían tanto por un tema de respetar su libre albedrío -y también por pensar que no habían tantas posibilidades de ello-, me siento feliz al creer que ellos siempre estarán allí junto a mí.

Llevo alegres años conociéndolos, alegres años en los que poco a poco las sombras retroceden y me traen tranquilidad y nostalgias. Recordar esos días que pasábamos juntos sin pensar en consecuencias de tiempos o realidades es tan grato… y me dan tantos anhelos de seguir con tiempos así de simples.

Sólo esas tierras ensoñadas podrían darle simpleza a una vida compleja como la de un mortal de nuestras épocas, mas quizás no sea tan imposible. El dilema hoy es dinero, pero quizás teniendo el dinero es fácil crear una Tierra Prometida donde compartir en paz y vivir lo soñado.

Total… un terreno amplio en un lugar exacto, casas y nada más que dedicarse al retiro. Suena simple, ¿no?

Muchas gracias, a todos… amigos, gracias por compartir y darme la alegría que tanto necesito, por darme los recuerdos más gratos de mi corta y quizás poco relevante vida. Ustedes son quienes le dan fuerza a mis sueños de tierras de libertad absoluta.

Quizás siga lamentando la imposibilidad de cualquier facilidad para cumplir sueños preternaturales, mas eso no significa que me sienta feliz de compartirlos con ustedes y que, junto a ustedes, trate de darles vida aunque sea escribiendo o dibujando.

Gracias por seguir aguantando y riendo con alguien como mi persona.

Entre todos, hacemos siempre un agradable hogar…

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Distant World in the skies above

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que sentí algo tan especial en mi alma… ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escuché una música tan mágica y me transportaba directamente hacia aquellas tierras que sólo en sueños he visto…

El encanto, la alegría, el dolor… los sueños…

Cómo negar que mi alma lloró estrepitosamente al sentir lo lejano de aquellos sueños, mas es imposible esconder la alegría de volver a ver aquellos utópicos paisajes como los veía hace un par de años atrás.

El último disco de música de Final Fantasy, Distant Worlds II, realmente me sacó del mundo en el que me estaba comenzando a incrustar y me llevó a dónde ningún ángel ni dios ha estado jamás (como dice el evangelio de Judas).

La participación de Nobuo Uematsu para apoyar la producción de la nueva gira del grupo Distant Worlds hizo que la música cambiara totalmente. Ya no era una orquesta, sino un alma cantando. Hacía años que no sentía esa magia tan potente… prácticamente, desde que jugué mi primer FF: Final Fantasy VII.

Pero… todo tiene un precio. La maravilla que transmitía la música hizo que sintiera los crueles anhelos de libertad que ningún alma mortal posee, menos hoy en día.

Realmente dudo que en algún punto de mi vida pueda lograr sueños imposibles, especialmente con todo lo que he visto y conocido hasta ahora. Después de haber muerto dos veces, sé lo que hay más allá y comprendo que estoy abandonado…

No hay esperanza más allá del soñar.