Al final, no puedo evitar sentir que soy una persona
completamente mediocre, paupérrima en casi todos los sentidos. Debo tolerar y
convivir con la frustración y el estrés todo el tiempo, aunque éstas tengan
diversas fuentes, y es por ello que debo tratar de distraerme casi el 90% del
tiempo que paso despierto.
Pese a que estudie y sea un sabelotodo, no soy inteligente
ni puedo aplicar. No tengo fortuna ni salud. No tengo dinero. No tengo tiempo.
No he podido siquiera lograr, pese a cualquier esfuerzo, que alguno de mis
sueños o de mis metas siquiera pareciera concretarse. ¡Ni siquiera puedo tener
una proyección a futuro porque todo siempre sale mal!
Incluso muchas veces me siento sin amor. Es cierto que con
mi novia llevamos juntos un tiempo considerablemente grande, pero lo siento muchas
veces inexistente debido a que nos vemos una vez por semana. En esas 24-30 hrs
que estamos juntos, tratamos de expresarnos todo lo posible, e incluso hacer lo
que no queremos hacer (ni nos interesa hacer) para demostrar el amor por el
otro… pero, una vez iniciada la rutinaria semana, lo único que tenemos son comunes
y rutinariamente monótonos mensajitos que, pese a los besos y “te amo”, no
dicen ni expresan nada. Es como si lleváramos una relación de mentirita hasta
que volvemos a estar juntos.
Ni tiempo para las llamadas tenemos… aunque, claro, no
sirven de mucho pues no dicen nada que los mensajitos no hayan dicho.
Lo peor de todo es que, pese a que nos expresemos todo en
esas 24 hrs, siento que en realidad no se expresa nada, que no congeniamos ni
nos comunicamos en verdad. Pese a todo, no caminamos en la misma dirección. Y,
en gran parte, siento que es mi culpa, por ser el fracaso de persona que soy.
Al ser ella una persona tan simple y humilde, llegando a ser desinteresada en
varias cosas, me siento terrible al tener apetitos que (en comparación) me
hacen sentir que están al límite de la ética, como si yo fuera una persona
blasfema y pervertida en comparación a
una persona tan dulce, delicada y relajada.
Y, lo peor, es que todo lo que puedo expresarle y hacerle
sentir, es lo que cualquier otro puede ofrecerle. He fracasado rotundamente en
el intento de otorgar, crear, generar algo único… que, al menos, yo sienta que
realmente es único y digno de recordar o mencionar, que nada ni nadie puede
repetir o emular.
No dejo de sentirme solo, incomprendido, alejado incluso de
la realidad. No dejo de frustrarme al darme cuenta que no puedo siquiera mirar
al mañana con algo de esperanza, pues no tengo ninguna. No puedo dejar de
abrumarme al ver que todo lo que hago es un fracaso, que todos mis esfuerzos
siempre serán en vano, que todas mis expectativas son una mentira.
Al final, vivo con tantos miedos por culpa de los fracasos…
Vivo con tanto miedo a la soledad pese a que me siento solo cada día. La vida
me ha maltratado y quitado cada opción de comunicarme, expresarme, de confianza
y victoria, y es por ello que me siento más pobre cada vez que me analizo.
Ni siquiera soy capaz de darme cuenta cuando alguien en
verdad me necesita, o si siquiera tiene algo de afecto por mí. Con cada año, me
siento mucho más abandonado, incluso de mí mismo, y es por ello que a veces ni
siquiera puedo creer que tengo una vida.
Prefiero decir que tengo una “no vida”, aunque a veces
siento que es mejor ni siquiera pensar en lo absoluto. Siento que estoy
gastando demasiado esfuerzo físico y moral en seguir respirando.