He estado con esta sensación por los últimos dos meses. Más
allá de sentirme un zángano por no generar dinero tanto para mis necesidades
como para mis deseos, entre los cuales se encuentra dejar de lado la
convivencia directa con mis padres por ya bastante difícil soportar ciertas
cosas cotidianamente, está una profunda tiniebla y nostalgia altamente
confundible con añoranza. Mis sueños tocan constantemente la puerta de mi mente
y corazón, trayendo imágenes que creí haber dejado atrás, especialmente al
plasmarlas en la escritura de Crimson.
El normalmente imperceptible aroma del destino y las
caricias cada vez más tristes del viento me dan ese extraño temor y, a su vez,
calida esperanza. Sin embargo, más allá de las videncias que pudiera tener, lo
que me da más miedo es no tener tiempo a futuro por mi vida laboral. Ahora
estoy estudiando para ser contador auditor, y ya me dejaron muy en claro cuál
será mi pega y cuánto tiempo tendré que poner de mi vida a ese trabajo.
Aún quiero hacer demasiadas cosas, aún quiero vivir
demasiadas cosas. Folken me dijo que me enseñaría a pintar como corresponde en óleo,
por lo que quiero pintar cuadros; si definitivamente vivo en este mundo, quiero
mandar a hacer mi equipamiento y, además, tener un hogar hermoso y tranquilo, cálido
y que pueda llenar mi tormentoso interior.
De cualquier manera, muchas veces siento que tengo una
acumulación muy grande de energía espiritual y que no he podido manejarla para
darle un poco de flujo. Eso en algunos casos es frustrante, pues me traen la
necesidad de pasar por momentos cotidianamente adrenalínicos, llámese rabia,
para dar una salida rápida y casi explosiva de ésta. En otros es un poco
molesto y me trae un pequeño lamento, como cuando quiero calentar mis manos que
ya están algo congeladas, tal y como lo hacía hace siete años.
Sin embargo, lo que más estoy necesitando, y soy altamente
conciente de ello, es un espacio por el cual caminar tranquilamente, sentir la
naturaleza y comunicarme con el viento. En Maipú ya no puedo hacerlo: se ha
vuelto muy flaite y, por ende, un tanto peligroso; estaría mucho más enrabiado
que tranquilo. En Las Condes… bueno, es imposible: es pura ciudad, vale decir,
miles de edificios y unos poquitos árboles, y el parque no me vale porque hay
demasiada gente y en realidad es poco lo que es realmente verde.
Tengo buenas notas en mis estudios, pero eso no me llena. Mi
rutina es lo menos accidentada desde hace varios años, pero eso no me
tranquiliza. Mis sueños terrenales parecen demasiado hermosos, pero eso no me
calma ni me llena. ¿Qué me queda realmente?
A veces quisiera realmente tener esa pequeña pero altamente
significativa señal…
1 comentario:
Respecto a esto, te podría decir algo. No respecto a la acumulación espiritual que tienes, sino a lo más mundano y terrenal.
Comprendo en parte (nótese en parte) esa ansiedad por querer hacer algo. En tu caso, es una suerte de preocupación por querer hacer demasiadas cosas y no saber si vas a tener el tiempo de hacerlas en tu vida. El hecho de estar considerando que al salir de la carrera vas a estar trabjanado, según te entendí, de lunes a lunes casi, de repente es como cortarse las alas antes de tiempo. Claro, tal vez no sea la persona más adecuada para decir algo así, pero sí te puedo decir que trates de aprovechar cada instante que vives. El futuro es algo que está constantemmente fuera de nuestro alcance, incluso yo diría que de nuestro "plano". Es un mero constructo racional-organizacional que el hombre hizo para no sentir una desesperanza ante la incertidumbre (eso creo, y así lo veo). Aún cuando proyectemos hacer algo "de aquí a un tiempo más", siempre debemos considerar la entropía. Todo lo que pase en medio es quizás lo más interesante (y creo que me estoy yendo por otro lado...)
Si te pones a pensar en todo lo que viene y no ves lo que tienes en frente, de verdad puede que no tengas tiempo. Es cierto también que tienes preocupaciones constantes en el aquí y ahora, pero el masticar constantemente un mismo tema no te ayuda en nada. Puede que suene algo irresponsable, pero ten por seguro que va como consejo de sanidad mental: trata de dejar de lado los problemas. Si solo te ofuscas con ellos, nunca vas a poder vivir el ahora porque vas a estar en el antes o el después. Hay cosas que merecen nuestra atención y otras que no. Está en ti el saber diferenciar.
Nuevamente, sé que suena algo irresponsable, pero es solo una apreciación personal. Ni siquiera un consejo, una simple apreciación. Si algo de lo que estuve escribiendo te puede servir, entonces significa que debería hacer un libro de ayuda (lol). Si no, ten por seguro que ya tenemos formada la party para irte a buscar al Infierno. E incluso hay unas cuantas canciones para el soundtrack.
Be cool, man!
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