Todo, metáforica o literalmente, parte con una semilla. Tal cual, y es una realidad aún dentro de ambitos energéticos.
Ese fue el paso que hizo mi compañero del Instituto Nacional. Paris hizo un lindo lanzamiento de su primer disco dentro del mundo de la música, un pedregoso y complicado camino, mas él lo toma con la frente en alto y con una plena capacidad para crear sus canciones.
El encontrarme con él me hizo sentir, tal como ocurrió con la visita de Eric, que recuperé algo de mi mismo. Es más, me sentí como cuando estaba en el colegio, un joven que se maravillaba con las buenas entonaciones de la guitarra y que era capaz de soñar tranquilamente mientras estaba sentado en la sala de clases. Son amistades que, en su momento, no se creían existentes... pero el responder humildemente a una invitación de algo tan importante como un primer paso demuestra muchas cosas, incluso para el que menos lo espera.
Ese fue mi caso. Yo respondí a la invitación más que nada porque sentía un deber, una promesa que no había podido cumplir hasta ahora. Paris siempre me invitó a sus presentaciones y nunca tuve real tiempo para ir a verlo... por eso quería ahora ir si o si. Y ahora, extrañamente, me siento como si fuera un amigo o un cercando de él, algo que no era así cuando estaba en el IN, luchando por la supervivencia entre alumnos de mierda.
Así, con algo tan simple como sembrar una semilla, sentí la inspiración de fuerza y coraje para seguir avanzando en un camino pedregoso. Puedo hacer el lanzamiento de Crimson I...
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