viernes, 8 de marzo de 2013

Otro año con mi padre


Bueno. Comenzó nuevamente el periodo estudiantil y, con él, volví al departamento de mi padre. Por un lado, me gusta estar con él (porque nuestra comunicación es súper baja), pero por otro lo detesto.

Partiendo, cometí el asombroso error de contarle respecto a mi trabajo como ilustrador para Timeless Entertainment Studios. Aún no le entra en la cabeza que la empresa es nueva, que la remuneración para todos se basa en utilidades tras el lanzamiento de algún juego, y que no recibir dinero es igual para todos los que participan en este trabajo.

“¿Cuándo te pagan? ¿Cuánto te pagarán? ¿Cómo te pagarán? ¿Y cómo te pagarán?” Son las preguntas que me hace cada vez que recuerda el tema. Yo, amablemente, debo tolerar, intentar explicar tanto la situación de la empresa como mi contrato (mil y un veces).

Fuera de ello, en una comida, el muy agradable se acordó de cuando estuve en la Escuela de Aviación como soldado estudiante. Insistió, para variar, en por qué no me quedé. No le entra en la cabeza que sopesé cosas para mí mucho más importantes que beneficios y sueldos. No soporta la idea de que no hice lo que él quería.

Y todo ello sin considerar que ya está relativamente molesto porque, debido a los requerimientos de mi trabajo, me tuvo que comprar un computador nuevo. Es decir, el hombre es jodidamente tacaño (porque él tiene muchas cosas caras y bonitas), cree que él está trabajando por mí, y además cree que yo debo hacer lo que él considera “bueno”.

Maldita sea, como si no bastara con los años de tener que tolerar que me comparara con mis hermanos mayores, que fueron los genios de la familia. Como si no bastara con que él, descaradamente, reclama por cosas que rayan en la hipocresía, jode por tonteras que no le incumben, casi me dice en la cara que mejor me mate trabajando para que él no tenga que pagar más por mis necesidades.

A veces le baja el amor, pero normalmente es tan desagradable…

Definitivamente… se me acabaron las vacaciones. Realmente quisiera tener el capital para vivir solo, tener mis cosas en orden y, quizás, llamarlo una vez a la semana y verlo unas pocas veces al mes.

A veces quisiera que mi familia hubiera aprendido la lección en las dos veces que casi me muero…

1 comentario:

WritingJonah dijo...

Pero si el te compró el computador para la pega es como obvio que va a andar preocupado en que te paguen para que no tenga que seguir comprándote cosas en el futuro. Me imagino que el, siendo de la generación ya pasada no entiende (ni va a entender) como este tipo de cosas funcionan.
Paciencia y trabajo duro es todo lo que te puedo recomendar, amigo mío.