domingo, 31 de agosto de 2008
Dolor de cabeza...
Estoy asqueado de tener que seguir soportando la apestosa presencia de mi madre en esta casa, el seguir soportando la pestilente plaga que es la humanidad, la tortura de las cadenas que impiden mi propia libertad, la posibilidad de iniciar mi viaje a un lugar mejor.
Ya no sé con qué carajo justificar el carácter actual de mi madre. Lo único que sabe hacer es reclamar por cualquier cosa, incluso lo que menos debería... Si hago todo bien, reclama por algo que faltó o porque, según ella, no debí haber hecho algo... Es tan molesto que no puedo siquiera soportarla. Y lo peor aún no pasa: cuando viene mi hermana a esta casa, junto a su actitud un tanto prepotente y dominante, mi madre se pone peor...
También debo agregar a mi tormento la escoria de las creaciones: la humanidad. Convivir con alrededor de 5 millones de imbeciles amargados, pestilentes, mal-nacidos, mal-agradecidos, desconsiderados, etc. es demasiado para mí. Claro, cualquiera dice "pero estás generalizando demasiado"... pues mi respuesta para ello es: "A ver si el Juicio Final se pone a verlos por separados, ingenuo. A todos los matarán por igual".
Ah, si tan solo pudiera romper mis cadenas, hace mucho que terminaría con esta pesadilla. Es más, incluso podría participar en el Juicio... Pero eso dependerá de mi humor.
Oh, malditas cadenas, rómpanse para permitirme volar una vez más. Dejadme salir de la mierda, llevando el alma del mundo, la inocente Gaia que nunca creyó que darle vida a un ser hecho a semejanza de alguien ajeno daría tanta desgracia.
¡Dejadme salir y volar hacia los eternos bosques en que los elfos cantan sus sentimentales versos! ¡Dejadme entrar en las cavernas de los enanos, quienes estudian la tierra desde las profundidades! ¡Dejadme compartir con los hechiceros, quienes ayudan a dar vida al mundo! ¡Dejadme hablar con los dragones quienes envejecen con los conocimientos de la Tierra Prometida, esperando que el Fuego Eterno les otorgue paz a su ya cansada y longeva alma!
Cadenas, rómpanse para darme la suprema libertad de ir a mi hogar...
jueves, 28 de agosto de 2008
Cosas varias, ne
El "desafío" de Takuya:
Mi mayor Virtud:
Creo que... no lo sé... quizás sea el prestar siempre atención. No es necesario solo escuchar para poner atención a algo, mucho menos ser atento, sino que también es necesario poner respeto y algo de espíritu. Creo que siempre me he dedicado a escuchar a lo que me rodea, principalmente gente, y darle consejos y apoyo, aún cuando necesito mucho que me atiendan bastante.
Mi mayor Defecto:
Hace unos pocos años hubiera dicho "prepotencia", pero han habido muchos factores que han cambiado eso. Aún cuando lo siguiente sea una virtud, debo admitir que mi mayor defecto es decir siempre en cara la verdad. Eso mismo: decir la verdad. El problema es que muchas veces lo digo muy a secas o muy duramente, aunque siempre trato de decirlo tranquilamente o con algo de "dulzura" y respeto. Pero, claro, en un mundo en que todos quieren escapar de la realidad, nadie quiere oír la verdad... todos tiran piedras a aquel que dice la verdad con coraje, valor y honor. Además, me ha conseguido muchos problemas porque, sabiendo cosas que otros no, siempre me toca enfrentar con gente que cree en lo suyo y se cierra de mente, y tengo que parar carros como bruto para que entiendan. Y eso va desde mi madre hasta Mary en algunas ocasiones.
El "desafío" de Mary:
¿Me gusta escribir? ¿Qué es lo que me gusta más de escribir? ¿Y lo que me gusta menos?
Sí, me gusta escribir de vez en cuando. Lo que más me gusta escribir son historias desarrolladas en mundos de fantasía, sueños, aventuras que incentiven la imaginación. Lo que menos me gusta escribir... aún no he llegado a ello; incluso los trabajos escritos del colegio me gustaba escribir, jaja.
¿Escribo muy a menudo? ¿Me da pereza ponerme a escribir?
Escribo a menudo, dentro de las cosas que hago. No me da pereza, simplemente no escribo cuando no tengo ideas o inspiración. Es más, muchas veces tengo inspiración pero no ideas, o ideas pero no ganas de escribir. Nunca me ha dado real pereza por escribir.
¿Por qué escribo?
Escribo por muchas razones. Para descargarme de todo lo que tengo en mi interior, para desarrollar más mis propios sueños, para ilusionar un rato, para escribir en mi blog (jeje), etc.
¿Qué escribo? ¿Cómo son los textos que escribo? ¿Qué adjetivos les pondría?
Trato de escribir de todo un poco. Aunque ahora escriba solo fics, siempre los hago en una trama y/o mundos originales, propios de mi invención o de lo cotidiano. Los textos que escribo son simplemente como vaya mi inspiración y mi imaginación; pueden ser extensos, detallistas, etc. Adjetivo: "nada-que-se-me-ocurra-ahora"
¿Cuándo escribo? ¿En qué momentos? ¿En qué estado de ánimo?
Escribo, como dije anteriormente, cuando me da la inspiración. Aunque siempre tengo ideas, la inspiración debe ayudarme. Los momentos en que más escribo podrían ser cuando estoy con Mary y ambos tenemos inspiración. El estado de ánimo no es necesario para escribir.
¿Cuáles son los puntos fuertes y los débiles?
¿Los puntos fuertes? quizás sean la trama y el detalle. No sabría decir. Los puntos débiles quizás son principalmente los pocos lectores...
¿Qué dicen los lectores de mis textos? ¿Qué comentarios me hacen más a menudo? ¿Los entienden? ¿Les gustan?
Los lectores siempre me han dicho que les encantan mis historias. Siempre los entienden y demás, aunque quisiera poder hablar a fondo con alguien respecto a sus gustos en mis textos.
¿Me gusta leer? ¿Qué leo? ¿Cuándo leo? ¿Cómo leo?
Me gusta leer, pero soy demasiado lento y termino cansándome de leer. Leo lo que me llame la atención o lo que pareciera gustarme; obviamente, se incluye el factor: lo que pueda leer sin agotarme tanto ni frustrarme. Leo cuando quiero. Leo en silencio y bien cómodo, ojala bien sentado para que ninguna parte de mi cuerpo se queje.
¿Que es lo que más te gusta escribir en una historia y lo que menos me gusta? (agregado de Takuya)
Lo que más me gusta escribir en una historia es la interioridad de un personaje, es decir, sus sentimientos, expectativas, sueños, etc. También me gusta escribir escenas de pelea bien detalladas. Aún no estoy seguro de qué es lo que me carga escribir... tan solo me carga escribir sin inspiración.
Desafío a nadie para esto... Sé que pocos leen mi blog, jaja. Aunque dejo una pregunta: ¿Cómo incentivar la inspiración para escribir? Porque podría inspirarme, pero me puede dar por dibujar o por soñar relajado mirando la ventana...
Saludos. Que la paz sea con ustedes.
jueves, 14 de agosto de 2008
Pensando otra vez...
Me quedo contemplando cada uno de mis recuerdos... o, al menos, aquellas imágenes mentales que creo que son mis recuerdos, aunque concuerdo que ciertas cosas no son mías sino de alguien más, alguien que me ha acompañado como un guardián o un espectro que ha robado mi cuerpo para salvar mi alma. Contemplo tantos recuerdos, tanta información, tantas cosas que conozco y desconozco, que conoceré y que creí conocer...
Contemplo la información que digerí anoche en un momento en el que ociosamente vagué por Internet y encontré cosas que ya conocía, pero mejor explicadas, cosas que quería comprender más, y cosas que conozco de otra manera y, por lo tanto, consideré erradas o absurdas. Es entonces cuando me doy cuenta de que todo a mí alrededor ha cambiado sin que me diera cuenta, que los límites que creía sólidos están cayendo como el más frágil y podrido árbol.
Es aquí cuando cuestiono mi propia existencia, como ya lo he hecho en ocasiones anteriores, en post anteriores, con tal de intentar ver qué puedo hacer para alcanzar mis metas antes de que algo descontrolado ocurra; algo que esté más descontrolado que mi propia incapacidad de controlarme a mí mismo en ciertas ocasiones que muchos conocen...
Me pongo a pensar, inquieto por las profecías que han fallado una tras otra, mientras susurros del tiempo rompen las cadenas de la razón. Es aquí cuando intento darme cuenta de cuán pequeño es el límite del plano que me rodea, esperando saber si con solo extender mi mano puedo romper las cadenas que me mantienen encerrado en el mundo que ya aborrezco ver y caminar hacia mi primera parada en un viaje quizás eterno.
Vuelvo a sacar los ojos del teclado y la pantalla y me fijo en la ventana... Miro como las plantas se convierten lentamente en una vida "inerte", subsistiendo sin la energía vital del supremo espíritu de Gaia; viviendo sin vida alguna, sin real razón para vivir como había antes de la plaga humana que se extendió sobre la superficie del mundo. Cierro los ojos y trato de sentir la débil energía del mundo, los sufrientes lamentos de las cada vez más profundas y repetidas cicatrices dejados por una vida hecha a semejanza de Yahvé y la herencia del Fuego Eterno... Herencia que ha creído haber hecho lo mejor, planificando una profecía que sus cuatro hijos siguen esperando cumplir; o, al menos, intentar volver al hogar prometido donde se encontrarán con el soñado Dragón de escamas Carmesí y vivir en la paz que el Fuego ha prometido.
Vuelvo a apretar las pequeñas y sensibles teclas, mientras escucho una música que me ayude a fluir el infinito pensar de mi elemento mental... Mantengo mis oídos atentos ante cualquier interrupción o cualquier señal de partida. Mi fe, débil pero segura, mantiene la fuerza necesaria para creer que en cualquier momento la hora final llegará y el incansable viaje iniciará, en busca de un lugar mejor, un "hogar"...
Pero entonces vuelvo a poner mis ojos en mis amigos, quienes me importan más que cualquier otra persona que dejaré atrás. Pero es entonces cuando aquella alma (que ha absorbido la mía propia para lograr la unión que muchas profecías piden, tanto de la humanidad como de la existencia o de los "elegidos") me dice que, si es necesario partir sin pensar, "vamos" a buscarlos. Entonces pienso en la dificultad que significará que solo tres personas recurran a tal viaje... Pero no deberé temer siempre que crea en lo que esa alma ha hecho soñar de mí mismo.
Aquí es cuando, como muchas otras veces, suspiro anhelando ver a aquellos que veía en otra ocasión, a aquellas personas, seres, entidades, sueños, que me acompañaron en la dura travesía que es nacer y comenzar a vivir. Entonces juro a mí mismo que debo re-encontrarlos y llevarlos conmigo a la aventura que tanto anhelan, como yo la he anhelado en alguna ocasión... Lo que venga después, es su albedrío quien lo determinará; pero estoy seguro de que seguiremos juntos aunque sea cada cierto tiempo. Cada uno, vivirá lo que quiera vivir y nos reuniremos en