Quedé pensando ahora en lo que escribió Takuya como comentario de mi post anterior en mi blog.
Debo decir que en mí, desde hace mucho tiempo, ya no hay tiempo de reír, llorar, odiar o amar. Bueno, me nace el tiempo para algunas cosas, pero para otras no.
Aunque originalmente mis ojos rojos representan mi odio y rencor, también representan mi incapacidad. Gracias a Mary y a mis amigos esa incapacidad se ha reducido considerablemente... pero igual llega a un punto iquebrantable.
No puedo llorar, no puedo ser feliz tampoco...
Creo que ya lo mencioné en un post anterior, pero nimodo...
A mi madre le comenté una vez que me costaba escribir o dibujar una persona feliz y/o alegre, por lo que ella me responde que en mí no existe la felicidad. Puedo sonreír, reír, alegrarme, pero en sí no existe la felicidad en mi alma.
Del mismo modo puedo decir que el dolor está tan presente en lo profundo de mi ser que no puedo llorar. Aunque me toque lo más doloroso, no lloro.
Aunque últimamente he llorado más, pero solo por algunas cosas que me llegan por sentirme tocado o que son detalles muy cercanos a lo mío, o porque simplemente son demasiado fuertes emotivamente.
La última vez que lloré fue por un desquite emocional con Mary... pasando de la rabia a la descarga, llorando en paz.
La desesperanza cada vez es más fuerte, pero incluso los budistas dicen que esperar algo trae desgracias... E incluso mi profe Palome (de Comunicación) mencionó el tema de la Caja de Pandora.
Todos los males del Universo ocultos dentro de la sellada caja... y en lo más profundo de ella se encuentra la Esperanza; todo porque tener esperanza es algo devastador.
La Esperanza trae anhelos, y estos anhelos traen sufrimiento ante las ansias de algo maravilloso y utópico... sobretodo si se vuelven una obsesión.
Todos hablan de distracciones para hacer sentir mejor el espíritu, para relajar el cuerpo, para alejar las tensiones y el estrés.
Aunque la distracción de estar con mi amada o con mis amigos es algo muy grato, nunca me ha servido realmente. Sino, todo sería muy diferente.
Las estrellas siguen igual, la ciudad sigue igual, la gente sigue igual, los ángeles y demonios siguen igual, los dioses siguen igual... yo sigo igual.
¿Por qué habría de ser distinto?
Tengo tantas cosas que me gustarían conversar o contar... pero no creo que sea apropiado.
La gente con la que me gustaba conversar ya no están, o no conversan más conmigo. Y admito que incluyo un tanto a Mary.
Además, ¿quién quiere hablar serios temas de sufrimiento y paranormalidad con un raro como yo? Jaja.
La verdad es que me gusta conversar temas de sinceridad, aunque sea del sufrimiento de la gente. Eso es debido a que aquellos temas reflejan el alma a través de la sinceridad...
Me gusta ver el alma de la gente y recordar que muchos si valen la pena.
Aunque también me gusta compartir el silencio. Mi alma es silenciosa, disfruta de los susurros del viento y del brillo de la Luna Llena.
Eso es simplemente porque era lo máximo que podía hacer en mi infancia, en la época en la que estaba realmente solo y no existía más que niños bobos que se divertían lejos de mí...
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