Y entonces recordé cada uno de esos sueños que tanto quería que fuesen realidad. Recordé cada una de esas viejas visiones que me indicaron qué camino tomar para ser la persona que quería definitivamente ser; viejas ilusiones para forjarme a mí mismo como un héroe o como un guerrero virtuoso y digno.
El honor apareció indudablemente en mí, surgiendo con un significado imposible de expresar en palabras y que iba irrefutablemente más allá de valores o del arma de doble filo conocida como orgullo. Una visión muy amplia del mundo tomó mis ojos y los preparó para que se mezclaran con mi percepción y mi inteligencia; todo para hacerme más sabio aún, más astuto… pero, a su vez, más sufrido.
La pureza y la fuerza nacen del sufrimiento, sobretodo si es un sufrimiento que viene del corazón, algo que forja carácter y sabiduría sobre la inteligencia o los músculos.
Así de fuertes era mis expectativas, mis promesas, mis anhelos…
Pero, aún así, no puedo dejar de soñar con la misma intensidad, con el mismo anhelo y pasión, con las mismas ilusiones de un mundo que está lejano de éste y que es alcanzable a través de una aventura heroica y asombrosa.
Los amigos que me siguen, las grises plumas que me aconsejan, los dragones que me guían, las llamas que me llaman.
Tan bellos son los paisajes que alguna vez vi en esas visiones, tan espirituado se mantiene mi corazón al sentir en mi mano la espada y al sentir la presencia de quienes me acompañaban y acompañan.
El pasto eternamente verde y el viento que baila a mí alrededor, cual espíritu alegre que sabe dar la bienvenida y que quiere contar las más antiguas historias. El cielo limpio y los árboles moviéndose alegremente al son del viento, demostrando cuan vivos están en verdad. El lago cristalino y el espíritu del agua danzando silenciosamente sobre sus aguas, casi sin tocar la superficie.
Pero la Tierra Prometida es solo la meta. Hay muchos lugares que visitar antes de llegar a aquel lugar de descanso eterno.
Pasar por dimensiones desconocidas y otras conocidas solo como juegos o caricaturas, asombrarse ante la infinidad del universo y sus planos paralelos que desafían la estabilidad de la infinidad misma. Creer que los mismos sueños pueden ser capaces de crear mundos nuevos y anhelar ver un sueño hecho realidad, como si nos volviésemos otra vez unos pequeños niños de primaria… eso es un regalo que ni los dioses han de otorgar.
Y todo eso no ha sido más que un sueño, un sueño que siempre ha tenido la posibilidad de hacerse realidad a través de fe y esfuerzo espiritual. Pero es tanta la ayuda necesaria que jamás se pueda realizar…
Pero, al menos, tengo la compañía de aquellos que sé que me podrían acompañar, sobretodo de la presencia de Azrael, la cual desafía de por sí la realidad misma.
Creer que los sueños algún día serán realidad, no cuesta más que la fuerza con que se puede anhelar… Todo lo demás depende de la voluntad, y yo me esfuerzo aún cuando no puedo para ver algún día al menos un pasto siempre verde a mis pies.
martes, 27 de enero de 2009
lunes, 26 de enero de 2009
Flujo de pensamientos...
Luchando entre la vida y la muerte, pasando penurias y pensando en las estrellas mientras se está quieto como una roca bajo la sombra de un árbol.
El viento susurra las historias del tiempo, del pasado, del presente, del futuro, de las profecías, mientras el Sol y la Luna observan como los silenciosos testigos que siempre han sido. No queda más que anhelar la aceptación de las estrellas para conocer la verdad.
Ni los mismos dioses podrían poner atención a algo que no se lo merece. Ni los ángeles ni demonios pondrían parte de su pasión en algo que considerasen indigno, ni siquiera pondrían su rencor a algo que ni justificado tiene en la vida.
La existencia puede ser algo cruel e injusto, pero llegando a comprender el significado de ella y su razón de ser, llegando a encontrar el equilibrio de las cosas, viendo la muerte a los ojos y abrazando la vida como si fuese otro suspiro del viento que pasa sin prisa y, a su vez, sin detenerse, se puede encontrar la iluminación necesaria para ser al menos merecedor de paz interna.
Y es que los seres humanos nos hemos alejado tanto de lo que alguna vez seres supremos anhelaron que fuésemos. Nos corrompimos con las mismas incoherencias que tratamos de evitar a través de textos sagrados y de religiones casi absurdas.
Por nuestra propia cuenta hemos caído al más profundo abismo y hemos llevado nuestro propio planeta con nosotros. Nos hemos llevado a la sociedad, a los animales y a las tierras con nosotros en la corrupción y la muerte, en el desequilibrio y la incapacidad.
¿Somos capaces de arreglar nuestros propios errores?
Ni siquiera hemos sido merecedores de los famosos milagros que tantos aluden a un dios o a celestiales… todo parece más cuestión de suerte o de destino.
Y es que el destino se muestra siempre como una figura que responde sólo en el momento indicado, dejándonos vagar libre y desorientadamente durante toda nuestra existencia hasta que llega el momento clave.
No somos más que un animal súper-desarrollado que se cree una copia de un dios que ni siquiera conoce, que se cree tan especial que merece un trono directamente al lado de esa entidad…
¡Quién carajo somos para siquiera creernos merecedores de ello! ¡Quién carajo es este dios que ni siquiera nos ayuda con la basura que ni siquiera nosotros podemos remediar!
¡Y es que estamos tan maldecidos, hermanos, que ni los dioses nos querrían mirar pues somos la vergüenza de la creación!
Por eso estamos abandonados a nuestra suerte y destino... por eso los dioses jamás harían algo que nosotros mismos podamos hacer.
Y somos nosotros mismos quienes nos maldejimos para recibir tal fin.
El viento susurra las historias del tiempo, del pasado, del presente, del futuro, de las profecías, mientras el Sol y la Luna observan como los silenciosos testigos que siempre han sido. No queda más que anhelar la aceptación de las estrellas para conocer la verdad.
Ni los mismos dioses podrían poner atención a algo que no se lo merece. Ni los ángeles ni demonios pondrían parte de su pasión en algo que considerasen indigno, ni siquiera pondrían su rencor a algo que ni justificado tiene en la vida.
La existencia puede ser algo cruel e injusto, pero llegando a comprender el significado de ella y su razón de ser, llegando a encontrar el equilibrio de las cosas, viendo la muerte a los ojos y abrazando la vida como si fuese otro suspiro del viento que pasa sin prisa y, a su vez, sin detenerse, se puede encontrar la iluminación necesaria para ser al menos merecedor de paz interna.
Y es que los seres humanos nos hemos alejado tanto de lo que alguna vez seres supremos anhelaron que fuésemos. Nos corrompimos con las mismas incoherencias que tratamos de evitar a través de textos sagrados y de religiones casi absurdas.
Por nuestra propia cuenta hemos caído al más profundo abismo y hemos llevado nuestro propio planeta con nosotros. Nos hemos llevado a la sociedad, a los animales y a las tierras con nosotros en la corrupción y la muerte, en el desequilibrio y la incapacidad.
¿Somos capaces de arreglar nuestros propios errores?
Ni siquiera hemos sido merecedores de los famosos milagros que tantos aluden a un dios o a celestiales… todo parece más cuestión de suerte o de destino.
Y es que el destino se muestra siempre como una figura que responde sólo en el momento indicado, dejándonos vagar libre y desorientadamente durante toda nuestra existencia hasta que llega el momento clave.
No somos más que un animal súper-desarrollado que se cree una copia de un dios que ni siquiera conoce, que se cree tan especial que merece un trono directamente al lado de esa entidad…
¡Quién carajo somos para siquiera creernos merecedores de ello! ¡Quién carajo es este dios que ni siquiera nos ayuda con la basura que ni siquiera nosotros podemos remediar!
¡Y es que estamos tan maldecidos, hermanos, que ni los dioses nos querrían mirar pues somos la vergüenza de la creación!
Por eso estamos abandonados a nuestra suerte y destino... por eso los dioses jamás harían algo que nosotros mismos podamos hacer.
Y somos nosotros mismos quienes nos maldejimos para recibir tal fin.
lunes, 12 de enero de 2009
Medianoche
La noche está ya en el cielo.
Las nubes con suerte reflejan la artificial luz de las calles mientras unas pocas estrellas se dejan ver en el firmamento urbano.
Está fresco, como si el verano finalmente diera un descanso de su agobiante calor, mientras los insectos vuelan tranquilos en el aire que ahora los acoge con una nueva temporada, un nuevo año, una nueva oportunidad de vida.
Una suave brisa lleva los susurros del viento entre las hojas de los árboles, y unas pocas aves cantan escondidas entre el follaje ahora opaco, el cual clama por el rocío, la fragante frescura otorgada por la Luna a la Tierra.
Dan ganas de salir a caminar con algún amigo, conversar, recordar, divagar, tomar una botella de bebida o cerveza, compartir el momento que quizás no llegará en otra ocasión.
Las hadas danzan ocultas en las sombras de las flores ahora cerradas, expectantes del nuevo amanecer, mientras los espíritus caminan en las calles que antes estaban llenas de personas ilusas y desconsideradas.
Mientras el viento sigue con su dulce susurro, con su silencioso canto, las estrellas brillan trayendo recuerdos de pasados inciertos que los ojos mortales quizás no puedan ver o no puedan recordar como otros lo han hecho…
Los ojos de aquellos que no vemos miran con vergüenza lo que ha ocurrido con su hogar, mientras las espadas viejas y siempre etéreas se oxidan con sus penosas lágrimas.
Héroes perdidos en el tiempo y en los recuerdos de libros ya polvorientos, viajeros de caminos ya inexistentes, guerreros de tierras ya perdidas… ¿Dónde ha ido el honor, los valores y la sabiduría?
Los anhelos y nostalgias de almas eternas y ancestrales recorren los corazones que sí saben escuchar…
¿Qué ha pasado con los dragones que alguna vez ayudaron a criar a los árboles y a fortalecer a las montañas?
Sólo la Luna misma podría tener la edad para responder, mientras el Sol se avergüenza de hacerlo pues, siendo más viejo, no quiere recordar la perdida de aquello que ha visto crecer.
Inexistentes portales a tierras lejanas, ábranse otra vez para demostrarle al nuevo viajero los valles que ahora solo son un sueño.
Permitan iniciar con valentía el viaje por el verde pasto que ahora está secándose en la tierra que hay sobre éste mundo sobre-poblado.
La eterna alma del viajero de alas negras anhela con vivos sueños volver a su hogar, volver a la tierra que ahora le fue prometida.
El deseo del espíritu ya cansado quiere llegar al corazón de las tierras rúnicas para darle la oportunidad al corazón de revivir.
Ángeles de cielos prohibidos, valkirias de guerras justicieras, sílfides de bosques vivientes, dragones de eternas y altas montañas, reciban la suplica del viento.
Cristales que representan la vida de los elementos, permitan que Gaia reviva en el lejano mundo que se ha de querer alcanzar.
Grandes espíritus que crearon las Llamas de la Creación, acepten la pobre existencia que ahora quiere caminar hacia su sagrado valle, sin más que una capucha y unos recuerdos.
La espada sigue guardada, limpia y bien custodiada como fue entregada. Sólo falta devolverla a su dueño para terminar el ciclo.
Mágicas criaturas de los campos infinitos, acepten el extranjero que viene con su corazón dispuesto a la pacífica existencia que ahora quiere tomar.
Ayúdenle en el camino de la eternidad, enséñenle a vivir como solo en sus sueños vive.
Permitan que ésta, la medianoche, el punto en el que la Luna está sobre las cabezas, sea el más hermoso sueño que se pueda otorgar.
Den fuerza a la ya casi perdida alma que clama por descanso antes del nuevo amanecer, antes de que el nuevo Sol demuestre la cruel realidad.
Las nubes con suerte reflejan la artificial luz de las calles mientras unas pocas estrellas se dejan ver en el firmamento urbano.
Está fresco, como si el verano finalmente diera un descanso de su agobiante calor, mientras los insectos vuelan tranquilos en el aire que ahora los acoge con una nueva temporada, un nuevo año, una nueva oportunidad de vida.
Una suave brisa lleva los susurros del viento entre las hojas de los árboles, y unas pocas aves cantan escondidas entre el follaje ahora opaco, el cual clama por el rocío, la fragante frescura otorgada por la Luna a la Tierra.
Dan ganas de salir a caminar con algún amigo, conversar, recordar, divagar, tomar una botella de bebida o cerveza, compartir el momento que quizás no llegará en otra ocasión.
Las hadas danzan ocultas en las sombras de las flores ahora cerradas, expectantes del nuevo amanecer, mientras los espíritus caminan en las calles que antes estaban llenas de personas ilusas y desconsideradas.
Mientras el viento sigue con su dulce susurro, con su silencioso canto, las estrellas brillan trayendo recuerdos de pasados inciertos que los ojos mortales quizás no puedan ver o no puedan recordar como otros lo han hecho…
Los ojos de aquellos que no vemos miran con vergüenza lo que ha ocurrido con su hogar, mientras las espadas viejas y siempre etéreas se oxidan con sus penosas lágrimas.
Héroes perdidos en el tiempo y en los recuerdos de libros ya polvorientos, viajeros de caminos ya inexistentes, guerreros de tierras ya perdidas… ¿Dónde ha ido el honor, los valores y la sabiduría?
Los anhelos y nostalgias de almas eternas y ancestrales recorren los corazones que sí saben escuchar…
¿Qué ha pasado con los dragones que alguna vez ayudaron a criar a los árboles y a fortalecer a las montañas?
Sólo la Luna misma podría tener la edad para responder, mientras el Sol se avergüenza de hacerlo pues, siendo más viejo, no quiere recordar la perdida de aquello que ha visto crecer.
Inexistentes portales a tierras lejanas, ábranse otra vez para demostrarle al nuevo viajero los valles que ahora solo son un sueño.
Permitan iniciar con valentía el viaje por el verde pasto que ahora está secándose en la tierra que hay sobre éste mundo sobre-poblado.
La eterna alma del viajero de alas negras anhela con vivos sueños volver a su hogar, volver a la tierra que ahora le fue prometida.
El deseo del espíritu ya cansado quiere llegar al corazón de las tierras rúnicas para darle la oportunidad al corazón de revivir.
Ángeles de cielos prohibidos, valkirias de guerras justicieras, sílfides de bosques vivientes, dragones de eternas y altas montañas, reciban la suplica del viento.
Cristales que representan la vida de los elementos, permitan que Gaia reviva en el lejano mundo que se ha de querer alcanzar.
Grandes espíritus que crearon las Llamas de la Creación, acepten la pobre existencia que ahora quiere caminar hacia su sagrado valle, sin más que una capucha y unos recuerdos.
La espada sigue guardada, limpia y bien custodiada como fue entregada. Sólo falta devolverla a su dueño para terminar el ciclo.
Mágicas criaturas de los campos infinitos, acepten el extranjero que viene con su corazón dispuesto a la pacífica existencia que ahora quiere tomar.
Ayúdenle en el camino de la eternidad, enséñenle a vivir como solo en sus sueños vive.
Permitan que ésta, la medianoche, el punto en el que la Luna está sobre las cabezas, sea el más hermoso sueño que se pueda otorgar.
Den fuerza a la ya casi perdida alma que clama por descanso antes del nuevo amanecer, antes de que el nuevo Sol demuestre la cruel realidad.
domingo, 11 de enero de 2009
Dulce ocaso de Verano: Feliz Año Nuevo
Antes que nada, feliz año nuevo a todos mis amigos, familiares y personas que conozco que leen mi blog.
Sí, Mary me ha comentado que muchos leen lo que escribo y que no me dejan comentario alguno… Realmente me gustaría que al menos dejasen un saludo, pues me sube algo la autoestima saber que no solo me leen aquellos muy cercanos, sino más bien varias personas que conozco; me hace sentir más querido.
Para los que no han estado informados de estas últimas dos semanas, he estado internado en una clínica por salmonella.
Takuya y Mary son los que presenciaron directamente mi caída en cama el día sábado 27 de Dic. Pensé que sería una gastroenteritis como me suele ocurrir, pero dio tan fuerte que el lunes me llevaron a la clínica donde se dieron cuenta que estaba mal y que, además, tenía una deshidratación severa con posibilidad de arruinar mis riñones.
Agradezco todos los saludos, las oraciones, todo el apoyo que me brindaron, sobretodo para el sábado 3 de Enero cuando agravé y me llevaron a cirugía.
Ahora, desde la tarde de ayer sábado, estoy en casa.
Extrañaba demasiado sentir el confort de mi cama, la tranquilidad de la villa en que vivo, la brisa del dulce ocaso de verano que ocurre en estos momentos, la frescura de esta hora -ni frío ni calor- y el abrazo de mi amada que me cuidó estas horas en las que recién volví a la construcción que me vio crecer.
Pude ir a visitar al menos a Javier, un amigo que vive aquí cerca, quien estaba muerto de preocupación y que el muy torpe de Udutiaz ni siquiera le dio una información concreta para que me fuese a ver cuando él le dijo que estaba hospitalizado.
De cualquier modo, ahora solo quiero descansar un poco antes de invocarlos a todos a mi lado, para darles el abrazo que no pude darles en este Año Nuevo, para sentir como su preocupación se va con el fraternal saludo.
Lo bueno es que nadie más se ha enfermado.
Debí haber perdido cerca de 10 kilogramos, entre los cuales se fue mi masa muscular y la materia grasa -por muy flaco que sea se supone que tengo- por lo que ahora me cuesta siquiera estar mucho tiempo de pie o conversar… pero luego vendrá el tiempo en que me recupere bien y empiece a ganar lo perdido.
No sé por qué le doy tantas vuelvas a éste post. Creo que simplemente trato de saludarlos a todos de una sola vez y quiero pedirles que me respondan y no lean silenciosamente.
Un saludo afectuoso a todos. Que la paz sea con ustedes.
Gracias por el apoyo transmitido de uno u otro modo. Ahora estoy sanando y puedo seguir adelante.
Sí, Mary me ha comentado que muchos leen lo que escribo y que no me dejan comentario alguno… Realmente me gustaría que al menos dejasen un saludo, pues me sube algo la autoestima saber que no solo me leen aquellos muy cercanos, sino más bien varias personas que conozco; me hace sentir más querido.
Para los que no han estado informados de estas últimas dos semanas, he estado internado en una clínica por salmonella.
Takuya y Mary son los que presenciaron directamente mi caída en cama el día sábado 27 de Dic. Pensé que sería una gastroenteritis como me suele ocurrir, pero dio tan fuerte que el lunes me llevaron a la clínica donde se dieron cuenta que estaba mal y que, además, tenía una deshidratación severa con posibilidad de arruinar mis riñones.
Agradezco todos los saludos, las oraciones, todo el apoyo que me brindaron, sobretodo para el sábado 3 de Enero cuando agravé y me llevaron a cirugía.
Ahora, desde la tarde de ayer sábado, estoy en casa.
Extrañaba demasiado sentir el confort de mi cama, la tranquilidad de la villa en que vivo, la brisa del dulce ocaso de verano que ocurre en estos momentos, la frescura de esta hora -ni frío ni calor- y el abrazo de mi amada que me cuidó estas horas en las que recién volví a la construcción que me vio crecer.
Pude ir a visitar al menos a Javier, un amigo que vive aquí cerca, quien estaba muerto de preocupación y que el muy torpe de Udutiaz ni siquiera le dio una información concreta para que me fuese a ver cuando él le dijo que estaba hospitalizado.
De cualquier modo, ahora solo quiero descansar un poco antes de invocarlos a todos a mi lado, para darles el abrazo que no pude darles en este Año Nuevo, para sentir como su preocupación se va con el fraternal saludo.
Lo bueno es que nadie más se ha enfermado.
Debí haber perdido cerca de 10 kilogramos, entre los cuales se fue mi masa muscular y la materia grasa -por muy flaco que sea se supone que tengo- por lo que ahora me cuesta siquiera estar mucho tiempo de pie o conversar… pero luego vendrá el tiempo en que me recupere bien y empiece a ganar lo perdido.
No sé por qué le doy tantas vuelvas a éste post. Creo que simplemente trato de saludarlos a todos de una sola vez y quiero pedirles que me respondan y no lean silenciosamente.
Un saludo afectuoso a todos. Que la paz sea con ustedes.
Gracias por el apoyo transmitido de uno u otro modo. Ahora estoy sanando y puedo seguir adelante.
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