La noche está ya en el cielo.
Las nubes con suerte reflejan la artificial luz de las calles mientras unas pocas estrellas se dejan ver en el firmamento urbano.
Está fresco, como si el verano finalmente diera un descanso de su agobiante calor, mientras los insectos vuelan tranquilos en el aire que ahora los acoge con una nueva temporada, un nuevo año, una nueva oportunidad de vida.
Una suave brisa lleva los susurros del viento entre las hojas de los árboles, y unas pocas aves cantan escondidas entre el follaje ahora opaco, el cual clama por el rocío, la fragante frescura otorgada por la Luna a la Tierra.
Dan ganas de salir a caminar con algún amigo, conversar, recordar, divagar, tomar una botella de bebida o cerveza, compartir el momento que quizás no llegará en otra ocasión.
Las hadas danzan ocultas en las sombras de las flores ahora cerradas, expectantes del nuevo amanecer, mientras los espíritus caminan en las calles que antes estaban llenas de personas ilusas y desconsideradas.
Mientras el viento sigue con su dulce susurro, con su silencioso canto, las estrellas brillan trayendo recuerdos de pasados inciertos que los ojos mortales quizás no puedan ver o no puedan recordar como otros lo han hecho…
Los ojos de aquellos que no vemos miran con vergüenza lo que ha ocurrido con su hogar, mientras las espadas viejas y siempre etéreas se oxidan con sus penosas lágrimas.
Héroes perdidos en el tiempo y en los recuerdos de libros ya polvorientos, viajeros de caminos ya inexistentes, guerreros de tierras ya perdidas… ¿Dónde ha ido el honor, los valores y la sabiduría?
Los anhelos y nostalgias de almas eternas y ancestrales recorren los corazones que sí saben escuchar…
¿Qué ha pasado con los dragones que alguna vez ayudaron a criar a los árboles y a fortalecer a las montañas?
Sólo la Luna misma podría tener la edad para responder, mientras el Sol se avergüenza de hacerlo pues, siendo más viejo, no quiere recordar la perdida de aquello que ha visto crecer.
Inexistentes portales a tierras lejanas, ábranse otra vez para demostrarle al nuevo viajero los valles que ahora solo son un sueño.
Permitan iniciar con valentía el viaje por el verde pasto que ahora está secándose en la tierra que hay sobre éste mundo sobre-poblado.
La eterna alma del viajero de alas negras anhela con vivos sueños volver a su hogar, volver a la tierra que ahora le fue prometida.
El deseo del espíritu ya cansado quiere llegar al corazón de las tierras rúnicas para darle la oportunidad al corazón de revivir.
Ángeles de cielos prohibidos, valkirias de guerras justicieras, sílfides de bosques vivientes, dragones de eternas y altas montañas, reciban la suplica del viento.
Cristales que representan la vida de los elementos, permitan que Gaia reviva en el lejano mundo que se ha de querer alcanzar.
Grandes espíritus que crearon las Llamas de la Creación, acepten la pobre existencia que ahora quiere caminar hacia su sagrado valle, sin más que una capucha y unos recuerdos.
La espada sigue guardada, limpia y bien custodiada como fue entregada. Sólo falta devolverla a su dueño para terminar el ciclo.
Mágicas criaturas de los campos infinitos, acepten el extranjero que viene con su corazón dispuesto a la pacífica existencia que ahora quiere tomar.
Ayúdenle en el camino de la eternidad, enséñenle a vivir como solo en sus sueños vive.
Permitan que ésta, la medianoche, el punto en el que la Luna está sobre las cabezas, sea el más hermoso sueño que se pueda otorgar.
Den fuerza a la ya casi perdida alma que clama por descanso antes del nuevo amanecer, antes de que el nuevo Sol demuestre la cruel realidad.
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