domingo, 13 de diciembre de 2009

Sombras

Realmente detesto estar encerrado en mi habitación sin muchas cosas que me distraigan. De hecho, en este punto, las visitas son algo demasiado preciado por lo mismo.

Gran parte del tiempo estoy enfrascado en mis dolores y, a través de ellos, en mis pensamientos desesperados… pero también estoy acercándome demasiado a la fuente misma de mis nostalgias y frustraciones, donde me siento molesto y solo.
Aquellas imágenes que yo adoraba por ser hermosos sueños se tornan bosques profundos llenos de pesar, profundidades llenas de visiones que estremecen mi corazón y me hacen caer más en mi propio abismo.

Por suerte en tal abismo no estoy solo ni triste, pero de todos modos no puedo evitar las frustraciones ni la incapacidad de seguir un camino con mucha pasión.

De todos modos, me alegra mucho volver a ver tales sueños, mas estoy con una creciente necesidad de compañía y distracción… y pocas cosas me distraen lo suficiente.

Éste será un verano largo y complicado.
Básicamente no he podido dormir bien y me siento demasiado estático.

Muchas de las cosas que quería hacer no las podré hacer, pero eso no me molesta. Lo que me molesta es que todo lo que se vino abajo con el mismo atropello.
Tantas cosas creí que sucederían en día que tuviera un accidente como éste y no pasó nada. Absolutamente nada.

Ni siquiera el mismo susurro del viento me ha dado aliento ni respuestas por ello.

Tengo muchas inspiraciones que satisfacer, pero ninguna hada me acompaña ahora. Nunca creí que dentro de mis mismos sueños lograría encontrar la cruel soledad a la que tanto temí.
Todo esto sigue demostrando que, dentro de lo que alguna vez personas me dijeron, sigo siendo un mero mortal con demasiada mala suerte. Ni la posibilidad de un plan maestro que Yahvé tiene para mí me alegra en lo absoluto al ver que ni siquiera él se ha pronunciado, a excepción de que alguien le dé la gracia a él por tener un disparo de suerte y sobrevivir a dos situaciones mortales (quizás tres).

Esta desesperación se vuelve tan profunda como la que una vez tuve ya hace cinco años, carcomiendo las fortalezas que una vez construí para no caer en las sombras de mi propia complejidad…



…no sé que hacer…



¿Existe algo que me devuelva siquiera la seguridad para volver a caminar por las calles?
¿Hay algo que me pueda dar razones para volver a creer en los sueños que tanto anhelo?

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