El líder indiscutido de la casta de los Leones Angelicales, líder de las tropas del Paraíso y maestro de la fuerza bruta entre los angeles.
Su hijo fue el primero de muchos en ser elegido para blandir la Espada de Dios para combatir a Samael, el rara vez mencionado Oriel.
Uriel, tal y como su nombre lo dice, es el León de Dios. Sus ojos amarillos como los de un gran felino, su cabello largo hasta los hombros suelto como una melena, es lo que lo caracteriza principalmente... Pero nada como su llameante espada que corta con fuerza a sus enemigos.
Hay ciertas religiones humanas en las que es visto como el Gran Arcángel que es, mientras que otras no lo consideran. "El Fuego de Dios" no se deja esperar en el campo de batalla, menos si se trata de defender las puertas del "Cielo".
Él, junto al portador de las llaves, San Pedro, es el primero en recibir las almas y custodiar la partida y llegada de celestiales a las grandes puertas doradas.
Por muchos es considerado alguien brutal, mientras que por otros solo un torpe con fuerza descomunal... mientras que, dentro de la fe mortal, es considerado alguien que otorga una leve señal de castigo para que las almas opten por la redención.
Pero, por mucho que tenga muchas facetas, siempre ha sido el mismo...
"Alguien con la fuerza, pero no siempre con un gran cerebro... Al menos tiene su sabiduría y siempre sabe hacer lo que es correcto para él y no para los demás"
Miro otra vez a mi amigo y no logro entender su duda al tratar de hallar las palabras exactas para describir a ésta entidad. Quizás no lo conoce a tanta profundidad.
Quizás es más fácil hablar de lo malcriado que es su hijo o de su fuerza... Quizás es mucho más fácil que hablar de su propia persona.
Quizás incluso es más fácil hablar de que ni siquiera sus compañeros directos lo conocen realmente a fondo...
Ese sigue siendo un libro sin abrir.
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